Antes de iniciar el proceso de puesta en marcha de un negocio, vienen a nuestra mente multitud de dudas empresariales ¿Debería unirme a una red de franquicias o montármelo por mi propia cuenta? ¿Qué requisitos debo cumplir? ¿El franquiciado nace o se hace?
No todo el mundo sirve para ser franquiciado. Responder a estas preguntas en un papel nos ayudará a ver todo de forma más clara.
-¿Conozco toda la información sobre cómo funciona una franquicia?
– En realidad, ¿quiero constituirme cómo empresario?
-¿Estoy dispuesto a emplear las horas que requiere mi negocio?
-¿Lo gestionaré yo? ¿Tengo las habilidades personales para hacerlo?
-¿Sabré adaptarme a las normas externas y actuar sin que alguien me dirija?
-¿Tengo capacidad económica suficiente para comenzar sin depender de financiación externa?
Desde franquiciamuyrentable.com no podemos resolver las respuestas sobre el análisis de uno mismo, pero sí podemos ofrecerte las características que definen al emprendedor perfecto. ¿Eres tú?
La teoría del péndulo, creada por Santiago Barbadillo de Barbadillo y Asociados, muestra en sus extremos dos tipos de mentalidad. A un lado se encuentra la persona con una mentalidad funcionarial, de empleado por cuenta ajena, que depende del franquiciador y lo consulta todo.
En el otro extremo se encuentra la persona independiente, con mentalidad empresarial, al que le cuesta acatar las normas.
Según los expertos, el emprendedor ideal sería aquel que se encuentra en el punto medio, donde se para el péndulo, aunque eso sí, siempre tirando un poco hacia la mentalidad empresarial.
Aunque el emprendedor perfecto no exista, este sujeto suele compartir la mayoría de estas cualidades:
- Asume riesgos: La franquicia se ha catalogado como el pasaporte más seguro para el embarque hacia una actividad empresarial, pero este negocio no está exento de riesgos. Para obtener un beneficio, el emprendedor debe asumir un cierto riesgo empresarial.
- Persona con valores: Lo principal es tener ilusión en el nuevo proyecto, pero también ser trabajador, tener capacidad de sacrificio y mucha paciencia.
- Conoce el sector: Es fundamental que el sector te apasione, te ilusione. Tendrás que conocer cada uno de los productos y servicios del negocio para satisfacer todas las necesidades de los clientes. ¿Sabes cuáles son los sectores que tienen más éxito?
- Mantiene la iniciativa: Se rodea de los mejores para formar un equipo que se complemente. El empeño y la garra con la que se implican en su negocio será lo que defina y marque los resultados.
- Sociable: El franquiciado tiene don de gentes, o al menos, ciertas habilidades interpersonales que le facilitan el trato con los clientes, proveedores y con la oficina central que supervisa la gestión de la enseña.
- Automotivación: Quizá esta sea la característica que más encaje con el emprendedor perfecto. Una persona con la habilidad de automotivarse entiende que las dificultades son parte del proceso, y el término rendirse no entra en su vocabulario
Actualmente, los franquiciadores llevan a cabo procesos de selección para valorar a los candidatos que pretenden unirse a su marca. Buscan personas trabajadoras que muestre ilusión e implicación por el proyecto.
Nadie es perfecto y no se pretende que el emprendedor tenga todas estas cualidades, lo importante es la actitud para encaminarse en un nuevo proyecto y aprender de los errores.
Recuerda: el emprendedor perfecto no existe. Pero puedes rodearte de los mejores para compensarlo.